estoy feliz y cansada.

Pero no feliz así como en una euforia. He aprendido a ser feliz de una manera tranquilita. Reirme porque el día que tomaron la foto no me peiné. (por eso traigo esa madre en la cabeza). Y a la espectativa a la vez. Lo que me recontrachoca son los trámites burocráticos, nada está en mis manos más que presionar a los demás. Siempre me han estresado. Sepa porqué.

(más tarde)

un compañero, de plano, me preguntó:

¿Y porqué andas tan paranoica?

Ay carajo. No lo sé.