Jun 25, 2007

update.

Odio las lavadoras. Antiguamente cuando iba a lavar en domingo me aburría mucho pero con el olor del suavizante en mi ropa como que se me iba el rollo. Además que como odio los domingos yo cuando me aburría de lo lindo esperando que saliera la ropa para ponerla en la secadora y aburría otro rato, en el lugar siempre tenía galavisión. Y siempre de los siempres cuando empezaba mi aburrición (palabra inventada que significa "superlativo de aburridísimo-aburrimiento-muyaburrido,etc-"), recordaba que no había traído nada decente que leer, ni que escuchar, ni nada. Pero no eran las lavadoras, no. Eran los domingos. Mugres domingos.

Pero el sábado cambió mi vida para siempre y me di cuenta que realmente odio a las mugres lavadoras.

Recuerdo asustada las miles de veces que mi madre se ha superultraencabronado porque llega y no tendimos la ropa que dejó en la lavadora (si vives en mi casa debes -a huevo- revisar la lavadora de vez en cuando para ver que no exista ropa que tender, ni suavizante que poner), por alguna razón que no alcanzo a visualizar del todo aún, si mi madre antes de irse a cualquier lado me dice: "revisa la lavadora", lo hago. Me cae. Si me encarga que lave la ropa lo hago. Pero nunca me nació salir al patio (y lo hacía diario) y ver adentro de la mugre lavadora (la odio) a ver que se le ofrece. De hecho, mis hermanas y yo llegamos a un punto en que si mi mamá llegaba antes de lo previsto salíamos en chinga a revisar la lavadora y a medio moverle para ganar tiempo y que no nos regañaran tanto.

Aquí puedo poner el recuerdo que mi papá solamente una vez le movió a la lavadora y como no sabía separar la ropa bien (o algo así fue hace un chingo) pues no le salió el detalle para mi mamá y ella llegó a lavar todo otra vez. Así que él (que si puede darse el lujo de ignorar a la mugre lavadora -la odio-) pues agarró la anécdota para aceptar que esas cosas nomás no les sabe y mejor ayudar en la cocina (cocina bien chido).

Cuando salí de mi casa a la cual nomás vuelvo en vacaciones (y me encanta) ya no se me olvida el ver que tiene la mugre lavadora (la odio) -bueno a veces si, pero a mi mamá ya se le olvidó que le superencabrona- pero hasta la extrañaba porque en ningún depa en el que he vivido he contado con lavadora propia y tengo que andar en camión con mi mochilota llena de ropa sucia o lavar mi ropa en los pequeños-diminutos patios de mentis. (he vivido en 3 diferentes lados los últimos seis meses en san luis potosí así que nomás describo el último). Entónces la lavadora no tenía nada de malo, era un invento extremadamente útil porque si no le se mover a las lavadoras (las odio) menos lavar a mano (pero pues como es mi ropa la verdad me vale madre). El problema que recordaba era: mi mamá + ropa tendida que no se tendió en la lavadora. Y eso era todo.

Hace poco, yo estaba retecontenta porque encontré un lugar en donde podía lavar mi ropa sucia (y mi soledad) y hasta secadora tiene. El paquete completo. Hasta entónces seguía odiando solo los domingos.

Y el sábado pasado el coraje escondido con las lavadoras salió a la luz. Porque los regaños de mi madre (que los extraño, mi mamá regaña bien chido) se convirtió en agüite hacia mi soledad y odio
odio
odio
hacia las mugres lavadoras.


Y el día siguiente fue domingo.
Llegué a mi casa llorando a una cama abandonada de cobijas sucias, pensando que iba tener que ir que ir a lavarlas en domingo, que tenía que lavar mis sueños... y que si hiciera las cosas como mi madre me enseñó no estaría ahora haciendome tantas preguntas, llorando.
(y lo que más odio de las lavadoras es el último delicioso recuerdo de haber sacado ropa limpia).

1 comment:

omaru said...

Um.. lavadoras , pues no tengo mucho contacto con éstas.. em.. creo que en alguna ocasión fui a las lavasolas que están en la gomez morín en una esquinita.. ya tienen algo ahí son como parte del folclor hehehehe :).
Tuu sigue escribiendo lo haces muy bien :)
Saludos desde acá.