Desde niña, estudiar la Universidad fuera de casa fue una especie de sueño y obsesión. Me sentía (aún algo hay de eso, pero son cosas que uno no admite porque está mal visto) como destinada para algo grande.
La psicóloga con la que fui me dijo que cumplí con el papel de hija perfecta para conseguir la confianza de mis papás y ganarme su apoyo para irme. Y que lejos se formó mi personalidad.
Esto ha tenido muchos puntos de partida y explica muchas cosas sobre mi realidad aquí:
1.- No tengo cuarto ni clóset y poco a poco mis cosas ocupan más espacio, tons aunque tenga muchas ganas de verlos y ellos de verme yo ya me siento como aparte. Si regresara para acá buscaría depa.
2.- No aguanto la dinámica agresiva, sí soy una delicada, pero si alguien me dice algo en un tono gacho, lo contesto igual. Si me lo dicen por favor, lo hago con mucha voluntad y una sonrisa.
Me explico: acá hay una rutina distinta a la que ahora vivo. Mis hermanas se llevan brusco, y son latosas hasta con mis padres. Ellos hacen lo propio y se molestan. Yo ya no tengo esa dinámica, no me complico tanto la vida.
3.- Me duele que me ignoren, es una de las cosas que más me ha afectado en mi vida. Batallé para darme cuenta y superarlo, aún ando en eso.
De cualquier manera vengo de visita y nuevamente trato de adaptarme, en ocasiones soy la buena onda acomedida, o la platicadora, tengo mucho miedo de molestarme, porque aún se burlan de aquella vez que tenía mucha hambre y estaba de malas hace cuatro años. ¿Cómo es posible que me lastime que se burlen de mi por algo tan tonto -tantos años después-? ah pues porque otro punto es que soy muy suceptible a que se burlen de mí cuando estoy físicamente mal.
En esta ocasión me siento como observadora. Veo los problemas -reales o imaginarios- alrededor, comento si me lo solicitan, consuelo cuando se puede... Sonrío, platico, convivo, cocino, leo.
Pero me siento muy sola.
3 comments:
Ya sé de lo que hablas.
El volver a la casa materna no es sencillo, no después de tantos años de relativa independencia, yo me siento incómodo a ratos, fuera de lugar las más de las veces, pero por el momento no hay otra opción.
Suerte y un abrazo.
Pero no estás sola :( jaja yo me he andao sintiendo igual
Siempre pasa. Yo tengo ocho años fuera de casa y cuando vuelvo estoy feliz, pero al décimo día ya no veo sentido a nada.
Abrazo.
P.
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