Feb 27, 2009

La Caja / Metatextos ejercicio 32


Había una vez dos personas que no podían estar juntas que se enamoraron. Y dijeron que guardarían toda su historia y sus sentimientos en una caja, con una obtusa promesa de que después, en el momento que las cosas se dieran, retomar la historia donde se quedó.


El ejercicio No. 32 de metatextos, se titula "Instantes Finales". Como tenía mucho trabajo hice trampa y puse un instante final que tenía mucho tiempo guardado en un archivo word en una carpeta. Los dos cuentos cortos son el final de una historia de cuarenta y tantas hojas que borré hace tiempo. Es lo único que quedaba allí.

Aquí dejo el link del instante final.

Y aquí dejo la continuación:

Due Fini.


La historia terminaría bonita tal y como empezó, encontrándote de nuevo, estar de frente y darnos una sonrisa (la toma se aleja) en un sitio público y la gente pasando. Esa toma dejaría un posible final indefinido. Respondo a tu último mensaje por la misma razón. Te amo. Borra todos los mensajes.



El tren avanza despacio, anochece, por alguna extraña superstición mía esperé hasta subir y estar en mi asiento para abrir la carta, mi corazón tuvo un presentimiento y tenía miedo al tenerlo en mi poder. Por desgracia, mis presentimientos tristes suelen hacerse realidad. Aún así no puedo creerlo.

Mis ojos se nublan. “No puede ser…” Me resisto lo más que puedo pero las palabras son claras y definitivas. Sostengo la carta temblando. El tren avanza a la velocidad habitual.


Niña:

Entre la noche, soledad, luna, dudas y las voces, que ahora son más fuertes, vi algo.

Sin eufemismos. Enójate, ódiame, deja de escribirme si quieres, pierde contacto si así lo deseas; en verdad lo merecería, pero... mi vida esta acá. En verdad te quiero de una forma inexplicable, espiritual y profunda, pero... mi vida esta acá.

No se si te vuelva a ver, en verdad me gustaría, pero no se cual sería tu reacción y a eso le temería más que a otra cosa en el mundo. Por mi cuenta siempre serás mi hermana, perdona (y esa palabra nunca la uso) si te confundí y metí en aprietos, no quise alterar tu vida negativamente, nunca quise alterar el balance de las cosas. Espero me perdones algún día.

Elijo mi vida... acá.


Trato de bloquear el sonido de su voz en mi memoria, mi mente queda en blanco. Apago la luz del cubículo y miro a la ventana. Pongo música y trato de distraer el dolor escuchando con atención: This is a start/ that I know I'll believe in/ so I'm leavin' everything behind… Aunque no hay nadie alrededor lloro en silencio. No quiero que nadie me vea o escuche llorar, no quiero que el hermoso bosque que miro por la ventana lo note… quiero guardar este dolor que ahora es lo único que me queda.

Hay luna llena, existe una especie de neblina que lo cubre todo, las montañas y el bosque parecen borrarse y aparecerse; el paisaje luce apacible y bello.

Suspiro. Trato de no pensar. Garabateo ideas sobre el funesto sobre, ¿cuál podría ser una elegante respuesta para semejante carta?

¿Qué pasaron con las promesas,
con los sueños,
con los besos,
con las voces y los fantasmas?
¿Qué viste?
¿Qué escuchaste?
Te amo pero te dejo puesto que es lo que quieres…

Borro mis propias palabras, no quiero confundirlo. No quiero confundirme más. Doblo el sobre y lo pongo sobre el asiento. Me decido a terminar la historia aquí, esta noche. En este precioso lugar.

Miro con toda mi atención la hermosa noche, nieve, montañas, estrellas. Una extraña ilusión enternece mi alma y me cura… poco a poco. Soplo en la ventana y mi aliento empaña el vidrio, y con una sonrisa cansada pero llena de orgullo escribo: sola.

En el fondo de mi corazón le agradezco a la noche, la luna y los espíritus que fueron testigos de nuestra historia que él haya encontrado su lugar en el mundo y me pregunto si al lugar al que se dirige este tren estará el mío. En mi mente lo veo y le susurro al oído: “te amo tanto… te voy a extrañar tanto… siempre contarás conmigo”.

Nostálgica cierro los ojos, y suspiro.



3 comments:

E.M. Acosta Bolívar said...

suspiro.

=(


suspiro.

=)

Parece estar en la delgada linea que separa lo real de la ficcion. Entonces, me callo.

Kuruni said...

:)

Karabá said...

Ah... ya soy tu "fans"...