Oct 25, 2007

La hora de la verdad.

Tengo en la cabeza 28 diapositivas que no me dejan dormir ni comer en paz. Y en unas cuantas horas ¡al fin! las voy a sacar de mi sistema (espero). Respiro profundo y divago un rato para no bloquearme.

Recuerdo que hace algunos años me desperté un diciembre en la mañana al baño y vi en la ventana algo blanco... fui a ver que era y me di cuenta que había nevado muchísimo.
Desperté a mi hermanita cuando regresé al cuarto:
- J. Mira, está todo nevado.
Se asomó por la ventana, y media dormida y media sonriendo me contesta:
- Chin, no destendimos la ropa.

Prende el radio y en D95 dicen que está la ciudad de Chihuahua nevada y estamos a -2 grados.

- ¡Menos dos grados! no mames, vamos a dormirnos.
Yo sonrío en mi pijama de franela y me meto a la dolorosa cantidad de cobijas que tengo encima y siento el ocio. Esa hemosa sensación de que te encanta donde estás, que no tienes nada que hacer, que está nevado y que va a ser un hermoso día de tirar weba.

Me aferro a los ojitos dormidos de mi hermanita y a ese frío lleno de tranquilidad para que no me tiemble la voz, ni olvidar mis 28 diapositivas. Aquí huelen el miedo.

1 comment:

Nando said...

Recuerdo la primera nevada queme tocó en Chihuahua, ya hace algunos ayeres. Tenía los calcetines (como cinco pares que me puse para que me entraran las enormes botas que me prestó un compa), empapados, la smanos entumidas, los labios partidos y la quijada tiesa. Me gusta el frío pero eso fue extremo, sobretodo porque fui con tan sólo un sweter, pues los que somos de ciudades "cálidas" como Guadalajara, pensamos que el frío nos hace los mandados. Pero bueno, nos vemos, cuídate.